Descripción
La Rosa de Jericó es un preciado amuleto que se utiliza para bendecir los hogares, atrayendo la paz, el poder y la abundancia y ahuyentando las malas influencias.
Confiere suerte en los negocios, destreza en el trabajo, salud, fuerza, felicidad; y, sobre todo, atrae la energía positiva.
No suele alcanzar los 15 centímetros de altura. Sus pequeñas flores son de color blanco. Cuando la planta ha florecido, las hojas caen y las ramas se contraen curvándose hacia el centro hasta adquirir una forma redondeada. En este momento el viento del desierto arranca las Rosas de Jericó del suelo y las arrastra convirtiéndolas en eternas viajeras que se desplazan por estepas y desiertos de otros países sin respetar fronteras.
La Rosa de Jericó puede permanecer cerrada y seca durante muchos años hasta que la humedad o el contacto con el agua vuelva a abrirla, haciendo que recobre su frescura y belleza. Es entonces cuando extiende de nuevo sus ramas, abre los frutos y dispersa sus semillas como si volviese a nacer. Por eso también se la conoce como «planta de la resurrección».
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